Los seres humanos tenemos algo en común, y es el miedo a las situaciones incontrolables, o encontrarse en una situación ampliamente impredecible y con riesgos asociados a la salud. Y en este momento de pandemia por el covid-19 es una situación extrema que desencadena todos y cada uno de estos miedos, generándonos una serie de efectos psicológicos del confinamiento.
Además, si le sumamos a estos miedos, la situación de aislamiento y restricción social, tenemos el caldo de cultivo perfecto para la aparición de síntomas de ansiedad y depresivos.
¿Qué podemos hacer para paliar estos efectos psicológicos del confinamiento?
Cuidarnos todos los días. Esto es, programarnos en la medida de lo posible actividades de ocio, o actividades tan sencillas como asomarnos al balcón, hablar por teléfono, pintar, jugar con el ordenador o bailar. No tienen que ser actividades a gran escala. Pueden ser también tomar un baño relajante, preparar una receta nueva o ponernos a ver una serie nueva de Netflix.
Es interesante también contemplar la posibilidad de guardar un espacio para vosotros mismos en vuestra casa, es posible que muchos viváis acompañados, y no tener un espacio íntimo si estáis acostumbrados a tenerlo, puede dificultar mucho más la adaptación a esta circunstancia. Uno de los efectos psicológicos del confinamiento es la sensación de aislamiento, pero también puede suceder lo contrario, la saturación social en nuestra casa.
Cuidarnos las expectativas. Ser muy conscientes de que nuestra mente tratará de reducir los efectos psicológicos del confinamiento y algunos trucos que nos hace es programar planes y fechas cuando salgamos. Todos habréis visto el meme tan famoso de “da igual cuando lo leas, quedan 2 semanas más de confinamiento”, y es que hacernos expectativas puede hacernos sentir más frustrados aún. Ser conscientes de que esta situación es particular, y que la normalidad que conocíamos no va a venir pronto, probablemente este verano sea muy distinto a lo que planteábamos. Concéntrate en el corto plazo por el momento, en lo que tienes que hacer ahora, siempre previniendo un medio plazo a nivel económico y financiero o profesional, por supuesto.
Tratar de recordar lo bueno que nos está aportando esta situación. Es posible que muchos estemos tan saturados de noticias negativas que olvidemos las cosas positivas que puede estar aportándonos esta situación. Vincularnos más con muchos de nuestros seres queridos, pasar más tiempo de ocio, hacer todas aquellas cosas que teníamos pendientes, aprender una actividad nueva, como recetas nuevas, leer libros pendientes o volver a retomar actividades que hacía años que no eras capaz de disfrutar. Uno de los efectos psicológicos del confinamiento positivos es que muchos de nosotros, incluso, estamos valorando más todas aquellas cosas que antes dábamos por hecho. Vivíamos en un piloto automático constante en el que nuestra cabeza siempre iba cinco días o seis por delante, pero no valorábamos ni si quiera el sol que nos daba en la cara al ir a trabajar. Estoy segura de que ahora sí lo haréis.
Dar por hecho todo lo que vamos a perder y tener una visión más global. Es posible que nos centremos, por ejemplo, en nuestras pérdidas económicas (o más bien, ganancias que no hemos tenido) estos meses. Es bueno sacar el foco y ver las variables anuales, ya que, aunque francamente, son momentos delicados y malos, si pensamos que en realidad solo son dos meses de inactividad, veremos las cosas con más distancia y nos afectará menos.
No olvides que no estás eligiendo esta situación, y que todos estamos en ella. A veces pensamos sólo en lo que no hemos ganado, pero no estamos pensando en el motivo por el que estamos así. Recordar que esta situación es global, y que ha pasado porque tenía que pasar. Nosotros no podíamos hacer más por prevenirla, sólo queda plantear cómo vamos a reinventarnos y adaptarnos a la situación que nos ha tocado vivir. Lo estamos haciendo por prevenir un mal mayor, que es el contagio y las muertes que está causando el coronavirus.
Reinvéntate. Uno de los efectos psicológicos del confinamiento es la sensación de paralización en muchos aspectos. En el profesional, mucha gente se está viendo obligada a cambiar su modelo de negocio, tanto durante el confinamiento como a posteriori, pero también nos ha hecho cambiar otros aspectos de nuestra vida. Los cambios externos no nos tienen que paralizar, tenemos que buscar nuevas formas de adaptarse a esta nueva realidad.
Entender, sin duda, que vamos a estar padeciendo una gran cantidad de efectos psicológicos del confinamiento en forma de emociones desagradables. Como por ejemplo ansiedad generalizada, ataques de ansiedad, una aprensión intensa, miedo a salir a la calle, sensación de contagio y conductas de lavado de manos, falta de motivación, apatía, tristeza, rabia y frustración, y un largo etcétera. Estas sensaciones nos pueden motivar a realizar acciones que son negativas, como por ejemplo podría ser un lavado de manos excesivo o un aislamiento tras el confinamiento innecesario. No se trata de ver esto como algo patológico ni mucho menos, pero sí tenemos que estar atentos a nuestras conductas durante la desescalada para saber si debemos o no pedir ayuda profesional.
Y tú, ¿cuáles son los efectos psicológicos del confinamiento que estás padeciendo?
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