La vida es cambio y la incertidumbre forma parte de ella. Tenemos que aprender a surfear las olas que nos vamos encontrando día a día. No sabemos cuáles vendrán, pero sí podemos aprender a disfrutar del paisaje de la playa aceptando que esas olas no podemos controlarlas. Y que probablemente, estemos mal encaminados si nuestro objetivo es ese. Es por eso que para aprender a combatir la incertidumbre, tenemos que aprender a dejar de usar la palabra “combate”, porque es una lucha constante contra esos acontecimientos externos que no vemos venir, por “aceptación”, que supone estar dispuesto y abierto a recibir esos cambios en la vida.
¿Por qué queremos aprender a combatir la incertidumbre?
Muchos de vosotros querréis aprender a combatir la incertidumbre para poder ser más felices en vuestro día a día. Para poder disfrutar con vuestros hijos, vuestros hermanos o amigos. Pero recuerda, no combatimos contra ella, sino que aprendemos a convivir con ella. La incertidumbre no es más que aquello que no sabemos qué va a pasar, ya sea bueno o malo. Nuestra mente se suele colocar en el peor de los casos para “prepararse” para lo que pueda venir. Es como un pensamiento que se disfraza de utilidad pero que en realidad no es nada útil, ya que solemos quedarnos enganchados al “¿y si pasa esto…?” en lugar de pensar en “y si pasa esto, ¿qué podré hacer aún? ¿si pasa esto, qué aprenderé?” o directamente “es poco probable que pase, ¿para qué voy a gastar tiempo en ello?”.
¿Cómo empezar a aprender a combatir la incertidumbre?
- Snoopy, me he dado cuenta de que algún día todos estaremos muertos
- Cierto Charly, pero el resto de los días no
Al final no se trata de vivir evitando esa incertidumbre, sino de aprender a desligarse, a desatarse, a dejar volar e ir todos esos miedos y sentir que tenemos casi ningún control sobre tantas cosas de la vida que creemos que sí.
Desde pequeños nos enseñan a que tenemos que aprender a combatir la incertidumbre, a que tenemos que prepararnos, estar seguros de lo que hacemos, controlar, planificar, ordenar. A que “una mujer precavida, vale por dos”, sin entrar a hablar de lo sexista de esta afirmación…
Nos enseñan a que nunca es suficiente, a que nada vale. A que tenemos que demostrar ambición, a que conformarse no es nunca una opción. Y que las personas más inteligentes son aquellas que saben anticipar.
La clave para aceptar la incertidumbre
¿Os cuento un secreto? La clave de la felicidad no va por ahí. No. No se trata de que seamos personas totalmente anárquicas de nuestra vida, no se trata de que perdamos el rumbo de nuestros objetivos o metas. De que no anticipemos absolutamente nada del futuro. Qué va. Se trata de cuestionar nuestras férreas creencias de control, a ser más flexibles, a saber disfrutar del paseo de hoy sin estar pensando en que mañana tienes que ir a trabajar. A veces es difícil hacer esta diferenciación, y nos cuesta horrores encontrar el equilibrio. Para eso vamos a consulta.
Todos los días aparecen clientes en mi consulta que vienen con un grado muy elevado de ansiedad y con la demanda de que quieren aprender a combatir la incertidumbre. Esto es un problema global, nos ocurre a casi todos. Los psicólogos nos hemos dado cuenta de que en la gran mayoría de los casos, lo que hay de fondo en cualquier problema psicológico es la inflexibilidad. Esto supone muchas veces tener esa intolerancia a la incertidumbre. El agorafóbico que le da miedo salir a la calle, tiene miedo de lo que le pueda pasar, en esa anticipación entra a jugar parte ese control, esa intolerancia a lo que pueda venir. En los problemas de adicción, también encontramos esa intolerancia, ese miedo a dejar la droga que le hace estar más aferrado a ella. Ese miedo a sentirse descontrolado, a no controlar su ansiedad, su depresión, a no enfrentar su vida.
El depresivo tiene también miedo. Claro… además de tristeza, desilusión, desgana… El depresivo cree que no va a ser capaz de tolerar el futuro, aquello que está por llegar. Anticipamos constantemente. Nos creemos todo lo que pensamos, todo aquello que pasa por nuestra cabeza.
La trampa de la mente
¡La mente es mentirosa! Recuérdalo. Nunca te tomes muy en serio todo lo que te dice, ni si quiera lo bueno. No, pero por supuesto, tampoco lo malo.
¿Quieres que te ayude a combatir la intolerancia a la incertidumbre? Empecemos por dejar de querer combatirla y llámame si lo necesitas.
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